Existen muchas teorías que sostienen que somos más felices al vivir el presente, siendo conscientes de nuestro momento actual, dejándonos sentir, pensando menos.
Reflexionando con detenimiento, ahora es siempre; el pasado está compuesto de diferentes “ahora” que ya han sucedido y lo que está por venir sucederá también en un “ahora” futuro. No obstante, qué difícil se nos hace mantenernos en el instante que sucede, en el hoy, en el momento presente.
Recuerdo una cita de Vladimir Horowitz que dice así: «Mi presente es mi pasado y mi pasado es mi presente. Ahora debo hacer presente mi futuro».
Ventajas del ahora
A veces, cuando paramos por un instante nuestra rutina del día a día y nos dedicamos a observar nuestro alrededor, descubrimos novedades en el camino que realizamos cada día al ir al trabajo, en la belleza de las hojas que se mecen en los árboles, en la quietud que experimentamos cuando caminamos más despacio. Es precisamente activar los sentidos lo que nos proporciona una nueva información sobre nuestro entorno y, de repente, como si nada, también experimentamos nuevas emociones sobre nosotros mismos. Y es sumamente gratificante seguir descubriendo cosas nuevas que no esperamos o rescatar
Cuando activamos el “ahora” no hay duda de que obtenemos sustanciales ventajas, te presento las que más me conectan:
- La primera de ellas es la mejor: eliminar el factor tiempo de nuestras vidas. Ya no estamos sujetos a los imperativos de una existencia minutada, planificada, que nos suele conducir a estados de ánimo de ansiedad y angustia por lo que no hemos hecho por lo que está por llegar.
- Aumenta nuestra capacidad de concentración en las tareas que nos ocupan en cada momento.
- Percibimos la realidad en todo su esplendor, sin filtros, con más detalle. Y, de repente, nos reencontramos con la belleza de las pequeñas cosas que nos pasan cada día inadvertidas.
- Vivimos intensamente, porque nos dejamos sentir y no pensamos.
- Una consecuencia de liberar la mente es que nos dejamos llevar más por los impulsos que por la razón. A veces, el ser humano necesita sacudirse y comportarse de manera más inconsciente.
- Y, por último en mi lista, pero no menos importante… vivir el presente significa detectar más y mejores oportunidades.
Recomendaciones para reconocer tu tiempo presente
No te preocupes por no saber por dónde empezar para vivir el presente con mayor conciencia. Actualmente, son numerosas las actividades y tendencias que te ayudan a instalarte en el “ahora”: yoga, mindfullness, meditación, por ejemplo, pero de poco o nada de te servirán si en tu día a día no tomas las precauciones necesarias para favorecer ese momento de plena consciencia.
- Practica algún deporte físico, preferiblemente al aire libre. El ejercicio siempre favorece la relación y, por tanto, es más fácil centrarse en el presente.
- Tómate en serio “desconectar” un tiempo cada día de las interrupciones que nos proporcionan las nuevas tecnologías y las redes sociales.
- No caigas en la trampa de la multitarea: someter al cerebro a realizar de manera continua varias cosas a la vez solo genera estrés.
- Reflexionar sobre lo que se ha hecho durante el día, nos ayuda a tomar conciencia del ahora y cómo lo sucedido nos hace sentir. Reconocer las emociones es el primer paso para aprender a gestionarlas adecuadamente.
- Lleva hábitos de vida saludable: come sano y duerme entre 7 y 8 horas diarias.
- Evita la procrastinación. Esfuérzate en no mirar hacia otro lado cuando tengas que afrontar algún reto, alguna tarea. Te puedo recordar algunos consejos para no postergar tareas.
- Quiérete, respétate y cuídate. Nunca dejes que los miedos resten valor a tu percepción sobre ti mismo.
Vivir el presente es tu “ahora”, también es tu pasado y será tu futuro por este motivo es tan importante que no dejes escapar la oportunidad de convivir más con él. Espero que la lectura de este post te haya parecido interesante.