A lo largo de estos meses estoy realizando una serie de post dedicados a las metáforasque te pueden ayudar en tu desarrollo personal y profesional. Se titulan Metáforas del Coaching y hoy toca, la transformación del águila.
El águila es el ave de mayor longevidad entre las criaturas de su especie. Vive 70 años. Pero para alcanzar esa edad, al llegar a los 40 debe tomar una seria y difícil decisión; sus uñas están apretadas y flexibles y no consigue aferrar a sus presas de las cuales se alimenta. Su pico largo y puntiagudo se curva, apuntando contra el pecho. Sus alas están envejecidas y pesadas y sus plumas, gruesas.
¡Volar se le hace ya muy difícil!
Entonces el águila tiene solamente dos alternativas: morir o atravesar un doloroso proceso de renovación que dura 150 días. Ese proceso consiste en volar hacia lo alto de una montaña y quedarse ahí, en un nido cercano a un paredón, en donde no tenga necesidad de volar. Entonces el águila comienza a golpear su pico contra la pared hasta conseguir desgarrarlo y arrancarlo. Debe esperar el crecimiento de uno nuevo, con él que desprenderá una a una sus uñas. Cuando las nuevas uñas comienzan a crecer, tendrá que desplumar sus plumas viejas y esperar a que renazca su plumaje. Después de cinco meses, emprende su vuelo de renovación y … ¡a vivir 30 años más!
Costumbres, ideas y temores
¿Qué te ha parecido este capítulo de metáforas del coaching? En determinados momentos, lo mismo que el águila se desprende de su pico, uñas y plumas para seguir creciendo y vivir después de una renovación, las personas necesitamos desprendernos de las costumbres, ideas y temores que no nos permiten vivir la vida que deseamos.
Lo importante es detectar a tiempo aquello que hemos ido acumulando a lo largo del tiempo, acoplándolo a nuestra estructura, y a lo que nos hemos acostumbrado sin apenas darnos cuenta. Es fácil acomodarse a las rutinas, a la falta de empatía, a un mal jefe, al exceso de trabajo o a la soledad.
Solo desde la toma de conciencia comienza un proceso de transformación, pero en este camino, como el águila, vas a necesitar además razones de supervivencia, objetivos realmente vitales, que te ayudarán a alcanzar el cambio deseado. Así que ponte manos a la obra enseguida, porque estamos hablando de tu futuro, del resto de tu vida… ¿te animas?
Para ordenar tus pasos, puedes comenzar por echar un vistazo a este ejercicio que te proponía en el blog para ayudarte a identificar qué sentimos, qué nos motiva y lo que nos bloquea como hitos indispensables para afrontar procesos de crecimiento personal o profesional: descubre tus emociones, identifica tus motivaciones y desactiva esos miedos que te frenan.
Como el águila, date una oportunidad. ¿Quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas? Yo, he vivido esta transformación.