Estoy en un momento de mi vida profesional con cambios, ampliaciones, mejoras, rectificaciones, realizando muchas preguntas y escuchando sus respuestas. En definitiva un momento de crecimiento profesional que está llevando mucho, mucho trabajo, muchas ideas, muchas preguntas, muchas respuestas, muchas dudas, mucho tiempo invertido…. Y al final llego el ESTRÉS.
¡Tengo estrés!
Tomar conciencia de esta frase no ha sido fácil, ni para mi que soy coach y trabajo este tipo de situaciones con mis clientes. Cuando estás en ese “bucle”, como llamo yo, a esas circunstancias de las que no puedes salir, es complicado darte cuenta de ello.
¿Cómo me dí cuenta que tenía estrés?
Escuchando lo que ocurría a mi alrededor. Mi familia me hacían preguntas del tipo ¿Qué te está pasando, porque hablas tan alterada? Y me paré a tomar conciencia que indicadores estaba teniendo en ese momento: me despertaba muy temprano y no podía conciliar el sueño, salir de Zaragoza en las vacaciones de Semana Santa fue una necesidad para desconectar, mis pensamientos se me amontonaban, estaba nerviosa….
Así que después de está reflexión o autocoaching. Me llego la frase ¡Tengo estrés!. En un principio fue muy duro, darte cuenta de esta situación. Lo mismo que ocurre en las sesiones de coaching me sucedió a mi, tomar conciencia de la situación es muy, muy fastidiado, incluso duele verlo. Sin embargo, es espectacular como después de ello todo fluye y a partir de ese momento todo comienza a mejorar.
Este es el punto en el que me encuentro
Estoy muchísimo mejor, me encuentro más tranquila, duermo y me levanto descansada, disfruto más de los cambios del negocio que se están presentando, ya no contesto alterada.
¿Cuál ha sido el motivo de la mejora?
Darme cuenta dónde estaba y lo qué me estaba ocurriendo.
La situación sigue siendo la misma que lo originó que son: los cambios, mejoras, rectificaciones, ampliaciones en la que me encuentro sumergida en el área profesional. Sin embargo, ha habido un clic en mi interior que hace que me tome esta situación desde otra perspectiva.
La nueva perspectiva
Para crecer hay que realizar cambios, aunque lo que tengas ya funcione. Mi opinión es que si no creces, decreces.
Uno de los cambios que estoy aplicando últimamente, es apoyarme en colaboradores. Estoy contratando servicios y trabajos que hasta ahora me los hacía yo personalmente. Aunque está ese miedo de “estoy pagando por algo que lo puedo hacer yo”, la manera de vencer ese miedo es decirle que “yo no puedo llegar a todo” y que es muy bueno sentir equipo y apoyo en tu negocio. Así el miedo se ha minimizado.
El estrés es la carga emocional de la emoción del miedo. El miedo nos da la información que en el exterior hay inseguridad, falta de recursos o te avisa de peligros. En mi caso, estoy convencida que el estrés me surgió porque no estaba canalizando y gestionando esas inseguridades en el nuevo crecimiento profesional que me he planteado y que te iré adelantando según se vaya materializando.
La buena noticia ¡Ya no tengo estrés!
Si crees que hay personas a las que les puede ayudar a leer mi propia experiencia con el estrés, te agradezco que compartas el artículo en tus redes sociales.